jueves, 14 de junio de 2012

Alergia, médicos homeópatas y ojos en formol.

Tengo una alergia del cagarse. Sin más. No veo un carajo de la conjuntivitis que traigo. Y el maldito Arzt con tendencia homeopática (por no decir homicida o muy adorador de Santa Lucía o eso de arrancarse los ojos), ni flores el muchacho, que no da una. Ya le puedo decir que eso es alergia, que de verdad, no se me caerán los ojos (o si como siga así, ya os contaré) ni le pegare la lepra a las niñas. Es una puñetera alergia. Pues ni flores, que el parece conocer mi historial medico mejor que yo, manda cojones. 


Pues el buen hombre me receto unas gotas. Unas malditas gotas de SUERO y unas bolitas que a mi me huele que eso es sacarina, porque a eso sabe, y que beba mucha agua. Sisi, suero, agua y bolitas. Para "limpiar" el ojo y el cuerpo, palabras literales del señor Arzt, lo juro. Lo que me faltaba. Solo le faltó recomendarme hacer yoga para purificar el alma y rezar tres padre nuestros al amanecer. Ya le puedo decir yo que no es que me meta arena en los ojos hasta que los tenga como tomates, es que la maldita alergia me los pone así, y que mi medico de mi tierra, ese viejete amable, me receta unas gotas a antihistamínicas y unas pastillas fantásticas, que quien me mandaba a mi perder las que traje.

Pero el hombre dale que dale que no es una conjuntivitis alérgica, que eso pasa en primavera. Punto y fin. Pues vera señor medico, tengo la nariz mas seca del carajo (con sus respectivos sangrados eventuales) y unos mocos que parecen cemento, que no hay quien los quite de ahí. Tengo los ojos que parece que se me ha muerto alguien, me paso el día llorando. Y a eso se le suma que justamente me pasa eso cuando empiezan a hacer las obras en la fachada y llenan la casa de polvo. Adivinar: soy alérgica al polvo.

Y ya podía decir misa ya, que el machote teutón tenia que tener razón. Total que dos días con suero, bolitas y rezando al santo del vino, y regreso a la consulta con los ojos echos un asco, y el hombre no va y me dice: "pero seguro que has seguido el tratamiento como yo te dije?". No compañero, no es que no lo siga, esque créame cuando le digo que aunque meta la cabeza dos días seguidos en el dichoso suero y me eche las bolitas en vez de Colacao en la leche mañanera, no se me ira así porque si la conjuntivitis, querido alemán mio.

Y ha tenido que venir el otro medico de la consulta para confirmar que si, que era una conjuntivitis alérgica, porque no llega a ser por mi madre de acogida que le ha armado un follón digno de ser nombrado y ese hombre espera a que le traiga los ojos en formol para darme algo más que suero y bolitas. Que todo hay que decirlo, no se quien flipó más con esto, si yo o ella. Ese mismo medico, según me ha contado, le recomendó a su hermana meter el pie en Quark (que es una especie de queso medio liquido, así como yogur) porque se lo torció. Un genio de hombre vaya.

En resumen: con esta experiencia he aprendido que a mi me venderán muchas cosas, pero desde este momento, la medicina alemana no es santo de mi devoción, y la homeopatía pasa a estar en mi lista mental de fiabilidad, entre la Powerbalance y las bayas de goji.


Dicho esto... El lunes me voy a Barcelona a hacer mis exámenes finales de la universidad, y esta ultima semana no he podido abrir ni un solo tocho de apuntes. Ahí si que le rezaré a quien sea.

Desearme suerte (la necesitaré).


PD: no os preocupéis si hay letras cambiadas, o cosas raras, es que no veo tres en un burro y el teclado esta bastante borroso. Sera que el suero me produce un efecto parecido al alcohol...

sábado, 2 de junio de 2012

Operación pañal

Aviso antes de nada, que esta entrada, como podéis suponer y hablando de pañales, es un poco escatológica. Dicho esto...

De los creadores de "Como armar la de Dios es Cristo", presentamos "Operación pañal".
Sabéis que tengo una HK de dos años. Los terribles dos, en efecto.

Y como no, llegó el momento temido: quitar el pañal. Juro y perjuro que hubiera preferido mil veces seguir limpiando culos con mierda espachurrada; ahora hago eso, pero encima me toca o bien recoger mojones que se han caído fuera (si hijas, la puntería no es una de las cualidades de esta preciosa criatura rubia) o limpiar el restregón en la tapa del váter (si, en la tapa, como bien leéis), y cambiar pantalones y bragas meados entre discusiones de "que no están con pis porque no me he echo pis encima porque yo lo valgo y olé".

Una maravilla, como podéis ver.

Y entre todos estos, permitirme explicar los mejores momentos de esta experiencia única que me hace recordar el porqué no quiero tener hijos hasta dentro de unos cuantos años largos y arduas terapias psicológicas preparatorias:

- La mierda voladora

Si. El truño voló. Literalmente. La sucesión de acciones fue tan rápida que ni lo vi venir: niña apretando con toda su fuerza para sacar el ente oscuro - Niña feliz porque ya salía - Niña emocionada por ver su creación - niña que se levanta de golpe encima del taburete de delante del váter para mirar aquello flotar - Niña que no ha calculado la velocidad de la caída vs. la fuerza aplicada en echar lo echable - Gran truño que sale disparado cual perdigón del culo de la criatura justo cuando se esta girando a la velocidad de un velocirraptor - Mojón volador - Au pair con una cara similar a la que sigue el texto (pelos mañaneros incluidos) mientras ve caer eso cual cohete Columbia de la NASA:


Niña con cara de "oh!"  y con una sonrisa de "anda mira, se ha escapado jajaja". Au pair con cara de Mourinho diciendo "¿Porque?¿Porque?".

- Fomentar la independencia infantil

Los cojones. Que la niña quiere ir sola al baño? Me parece estupendo, pero yo al lado. Porque después pasan cosas como que no sube al tapa y se mea creando cascadas en los laterales del váter con frase de "esta calentito jeje (la risa es suya)" que dan el toque de aviso a la au pair que "algo" va mal ahí dentro, o bien que decida limpiarse el culo sola, creando un esparcimiento de masa oscura y pestilente no solo por todo su cuerpecito, sino por todo el baño (de la habitación de la Au pair, naturalmente), o que decida que las bragas son suficientemente finas como para actuar de colador y creer necesario no bajarlas para mear.

Independencia infantil si, pero a la hora de quitar el pañal me paso yo la independencia por el arco de triunfo.

- El uso del "bañito".

Véase esto:

Duró dos días. Dos días hasta que despareció misteriosamente (en el sótano) de mútuo acuerdo PapisDeBicho-AuPair. ¿Porque? Porque la criaturita decidió por su propia cuenta y deducción, que si su váter podía moverse de una habitación a otra, esa era por supuesto, su función. ¿Y que pasó? Que para usar el baño, la niña te venia persiguiendo (estuvieras haciendo lo que sea, de verdad, cualquier cosa) con el baño a cuestas y los pantalones y las bragas (si había habido suerte) por los tobillos al grito de "QUE SALE!!! QUE SALE!!!". Y efectivamente, salia. Y no necesariamente dentro de donde tenia que caer.
A eso sumamos que hemos comido con la niña meando-o-lo-que-surja (normalmente era lo-que-surja) al lado mientras un delicioso plato de fideos te miraba con cara de "deja de olor eso y cómeme", o tumbado leyendo en tu cama con la niña al lado de la mesita de noche preparándose para soltar la comida de los dos días anteriores, o directamente intentándose meter dentro de la ducha mientras tu estabas dentro, duchándote. Y ese dia fue uno de los que "eso" caía antes de tiempo. Adivinar donde.




Y esta es la maravillosa vida de Au Pair señores! Anímense, vale la pena! (sobretodo en esa parte en la que tu cerebro te dice que sigues queriendo tener hijos, aunque sea en un futuro muy lejano, mientras que tu corazón te replica que "si eso cuando tenga un buen trabajo (JÀJÀ i JÀ) y pueda pagar una Au Pair).