viernes, 30 de noviembre de 2012

Hablemos del tiempo

Aquí en las tierras del norte, hace fresquete. Y hay que saber como vestirse, porque aquí el equivalente al nivel guiri de las chancletas con calcetines, es parecer el muñeco del Michelín.
Por esa razón, ahora hablaremos de la moda en sitios fríos. Aquí no se estilan los abrigos que no abrigan y los chalecos de plumón a lo choni. Aquí se estilan las bufandas y guantes gordos, los gorros con orejas, las orejeras, y todos sus derivados.
Y, como soy una persona generosa, os voy a revelar las dos frases (por gentileza de mi madre alemana) que os llevaran a descubrir el secreto de la felicidad en estas tierras frías:

1- "No hace mal tiempo, hay mal abrigo": 
Y después de 11 meses aquí  os pudo decir que es cierto. Quien tiene frío aquí, es porque quiere, o porque no se sabe abrigar. Y es por eso que os voy a revelar la segunda frase, que es el secreto mejor guardado de esta gente...

2-"Aquí nos vestimos por dentro, no por fuera": 
Ahora os explico, que eso no quiere decir que se coman los calcetines para cenar. Aquí no te pones capas por encima, como harías en España (eso de que hace frío y te pones una sudadera ancha encima del jersey), te las pones por debajo. Os aseguro que abriga mucho más una camiseta interior que un jersey encima. Así pues, veamos la lista de ropa para ponerse cuando vas por el norte:

De cintura para arriba:
- Camiseta interior (las venden térmicas también, para las muy frioleras) 
- Camiseta tipo las del HM basic de manga larga 
- Jersey o sudadera. Aquí descubriréis que las capuchas no son para hacer bonito. 

De cintura para abajo:

- Leotardo gordo bajo el pantalón (de estos que si te lo subes llegan dos dedos mas abajo de donde empieza el sujetador)
- Calcetín gordo y alto (o en su defecto, el leotardo, un calcetín alto normal, y uno de verano). 
- Pantalón (por dios, aquí no traigáis pantalones con agujeros, REPITO, no llevéis pantalones con agujeros!).

Pies:

- Para que no os de frío en los pies, aquí en Alemania (imagino que por Noruega, Inglaterra y parecidos también) al menos venden unas plantillas muy útiles que son como una normal de estas de fieltro gordo, pero por la parte de abajo son como esas mantas que parecen de papel de aluminio que abrigan un cojón. Con eso no entra frío por las suelas, os lo aseguro.
- A ver como enfoco el tema zapatos... Aquí no vengáis con tonterías. Yo me compre estas botas del Decathlon, y oye, no serán el sumum de la modernidad ni de la belleza, pero siguen siendo la mejor inversión de mi vida. Puede llover a cantaros e ir tu sin paraguas, y podéis estar tranquilas, que llegareis a casa como salidas de la ducha, pero con los pies secos. De todos modos, buscar algo tipo estas botas, que sean impermeables, porque aquí es imprevisible cuando te va a llover, y que te cale el zapato con agua helada es una de las sensaciones mas desagradables del mundo. Aquí los zapatos tipo converse, los dejamos para el verano. Y si hace 25 grados, sino, no os fiéis. Ah, y aquí las botas de agua, la gente se las pone, ergo vosotras lo acabareis haciendo también (para ir al parque con los críos o de turisteo un día de lluvia...). Tengo información de que en el Aldi y el Lidl, así como en el Primarkt, las hay que están muy bien y tiradas de precio.

Ropa de abrigo:

- Bufanda o pañuelo gordo, gorro y guantes. Los guantes que sean gorditos y si encontráis unos forrados de polar, seréis las personas mas afortunadas del mundo. Si tenéis que ir con niños pequeños, os recomiendo comprar también unos guantes sin dedos (de esos en plan mendigo), que no abrigan ni la mitad que los otros, pero al menos traes algo en las manos y puedes hacer algo con ellas (como sacar mocos o atar chaquetas ajenas).
- Un abrigo que abrigue, y que te tape el culo (usease, un poco largo, no mucho tampoco, no buscamos una parca). Me agradeceréis este consejo cuando tengáis que coger el tren a las 8 de la mañana y el dilema sea helarte el culo sentándote en un banco o esperar 20 minutos de pie.

Todo muy antilívido, como podréis ver. Y se que todo esto puesto a la vez parecen muchas cosas, pero os garantizo que pareceréis una persona normal (normal aquí, en pleno Barcelona pareceríais gilipollas) y no daréis el cante

Secretos varios de los Alemanes para el frío:


- Bolsitas de gel calientes.

Esto es el mayor invento echo por el hombre. Aquí las venden por todos lados, y baratisimas (0'50-1€, según la tienda). Se trata de unas bolsitas de gel, que traen como un hierro dentro (esa redonda que veis en la foto), que cuando lo aprietas, el gel se endurece (queda duro duro) y se calienta (que mal suena este conjunto de ponerse duro y calentarse, pero no encuentro otras palabras para explicarlo...). Esto va enfriándose progresivamente hasta que al cabo de unas 3-4 horas queda a temperatura ambiente, pero duro. Para que vuelva a funcionar has de ponerlo en agua hirviendo en una olla (con un par de dedos de agua es suficiente) durante unos 5 minutos hasta que el gel vuelve a tener textura de gel. Resultado: tienes en el bolsillo una cosa que te da calor durante horas. 

- Zapatillas de casa.

Odio tener que darle la razón a mi madre, que cuando nos veía por casa sin zapatillas a mi o a mi hermano, se le salían los ojos de las órbitas y nos metía miedo en el cuerpo con amenazas del nivel de que nos podíamos clavar algo, que se nos romperían los pies, que se nos helarían, que se nos caerían los dedos... Sinceramente, no creo que se me caigan los dedos, pero os aseguro de que si traéis zapatillas o compráis unas aquí  os ahorrareis muchos resfriados, porque una vez coges frío en los pies, no hay quien te lo quite. Y lo de clavarte cosas también es un dato a señalar, que si vais a vivir con niños... Cuando no es una pieza de lego es un tenedor de juguete o un zapato de la Barbie. Y los zapatos de la Barbie tienen un tacón que pincha de lo lindo, os lo garantizo.


Y para terminar...

Otros objetos relacionados con el frío y la lluvia: 

- Dos kleenex en el bolsillo siempre. Este es un conejo propio que os daré gratis, así que aprovecharlo. Supongo que conocéis el moco aguoso. Ese que es un chorrito de agua que sin notarlo ni sentirlo, de pronto sale de tu nariz así, sin avisar ni nada. O lo peor, cuando llevas un rato en la calle y la cara se te ha quedado ya medio helada, y no te das cuenta del chorrillo hasta que no te llega a los pies. O cuando un crío estornude y su nariz de pronto haga una explosión en plan Pulp Fiction y el chorretón de moco verde les llegue hasta la barbilla... En esos momentos, os aseguro que, con el moco colgandero, me agradeceréis que os dijera que llevarais esto en el bolsillo siempre. 

- La bolsa de plástico permanente en el bolso. De verdad. Nada mas llegar, poneros una bolsa de plástico en el bolso. Esta tiene dos utilidades: Aquí, en casi todas las tiendas, no dan bolsas, y las que dan tienen la misma consistencia que el papel mojado. Yo ya he vivido la experiencia de tener que llevar dos latas de lentejas bajo el brazo durante media hora, y no os lo recomiendo. La segunda utilidad es, simplemente, la de meter el paraguas mojado cuando entras a tiendas, o al bus, al tren...



jueves, 29 de noviembre de 2012

Sabes que te has acostumbrado a Alemania...

Cuando pones mantequilla en el pan antes de ponerte Nutella o paté.
Cuando llevas siempre el paraguas encima, pero no lo usas nunca (no, tampoco cuando llueve).
Cuando tratas de usted a la panadera, que es 5 años mayor que tu.
Cuando te molesta que alguien hable en un tono de voz alto (normal en tierras sureñas...) en el bus o tren.
Cuando dices "Bitte" (de nada) antes de que te digan "Danke" (gracias).
Cuando tu normal "¿Comemos algo?" se convierte en un "¿Te hace una Currywurst?".
Cuando empieza a llover, y en vez de sacar el paraguas, te pones un gorro o la capucha del abrigo.
Cuando vas a la panadería a comprar algo para desayunar, miras las napolitanas y las palmeras, pero te compras una Bretzel (y si te va la marcha ese día, la compras con queso).
Cuando tardas más en desayunar que en comer.
Cuando aceptas que el bus pasará a y 47, ni un minuto mas ni un minuto menos.
Cuando te tomas el Apfelschorle por voluntad propia.
Cuando a pesar de estar en una carretera desierta, esperas que el semáforo se ponga en verde, porque te acecha el cartelito de "Bei Rot stehen. Kindern vorbild sein".
Cuando te compras unas zapatillas de andar por casa después de tantas miradas de odio al verte con calcetines.
Cuando ganas de lucha del tiempo con la señora del DM al embolsar tus cosas antes de que te eche la compra del siguiente encima de la tuya.
Cuando te sientas a desayunar y te endiñas entre pecho y espalda un Brötchen y medio con mantequilla y jamón o salami, a las 6 y media de la mañana. Ah, y un vasito de zumo Multivitamin.
Cuando entiendes sus chistes malos. Y lo que es peor, te ríes.
Cuando te da hambre a las 6 de la tarde. Y a las 6 y cuarto cenas.
Cuando dejas de lado una cosa muy española: la diplomacia al hablar. Aquí si es negro o blanco, es negro o blanco, no pisan el suave y pacifico gris.
Cuando mezclas el pan de pipas, de mil cereales o de tropezones de ZANAHORIA Y MAIZ, con la Nutella o la mermelada de fresa. Y te gusta.


Y estas totalmente perdido el dia que  te sorprendas a ti mismo pensando "mira que buen dia hace!" en un dia como este:


viernes, 23 de noviembre de 2012

Momentos (parte II)

Estaba yo tumbada en el sofá, leyendo pacíficamente en una tarde de domingo, cuando la canija de dos años trepó literalmente por encima mio y se puso en la postura bautizada como: "el abrazo del perezoso"
Una ayudita visual...
Y tu sigues leyendo como si nada, al fin y al cabo, esto es tu vida desde hace 11 meses, que cuando no tienes una niña encima tienes a un perro, y cuando no tienes ni niña ni perro sientes que te faltan 20 kg de tu peso que te has dejado en algún rincón.

Pero entonces la niña te huele el pelo y te dice en un perfecto alemán  "Tu pelo siempre huele a manzana y melocotón". La madre se pone a reír desde el comedor viendo a la niña olerme el pelo como si quisiera aspirarlo, y le pregunta a la criatura que a que le huele a ella. La canija la mira, y con toda esa maldad infantil le suelta un: "A nada, pero a ella le huele siempre a manzana y melocotón, y me gusta".

Y tu esa noche te acuestas convencida de que esa niña de dos años, cuando crezca, raramente recordara todas esas horas que has pasado con ella... en realidad a duras penas se acordará de ti, aunque estarás presente por cosas que le cuenten sus padres y hermanas, por fotos...

Pero desde hoy estoy segura es que recordara como huelo. Y oye, que te recuerden porque hueles a melocotón y a manzana, no esta nada mal.

PD: 23 dias para irme... Ains...

martes, 13 de noviembre de 2012

Cuando dije digo digo Diego.

No se si cuando eres madre esto también lo haces, pero desde luego, al ser au pair cambias tu vocabulario de forma asombrosa. Por exigencias del trabajo, no por gusto, se entiende.

Porque esta claro, delante de los niños no puedes soltar un caguentó' lo que se menea como Dios manda.
Cambias los "Coño" a grito pelado cuando te quemas cocinando por un "Mecachiiiisssss" bien susurradito, los "la madre que lo parió" por "que maleducado!", y los "Métete en la jodida bañera de una vez" después de siete avisos y cuatro suplicas para que el retoño te haga caso, por los "Por favor Menganito, métete en la bañera o me enfadaré de verdad (porque esta claro que enfadarse de mentira no es tu estilo...)".

Y no solo eso. Empiezas a utilizar diminutivos de tal forma, que nada tendrías que envidiarle a Ned Flanders:  que si trae el vasito, que si donde esta tu pantaloncito, que si no queda zumito... Normalmente eso lo haces después de más de 5 horas seguidas de cuidado de niños, cuando compensas el tono de mala leche de tu voz con diminutivos a diestro y siniestro, sin medida ni control.

Y cuando crees que has llegado a tu limite te cambiar vocabulario y decir cosas estúpidas  te ves un soleado día de Noviembre (con 5º, pero soleado) en la parada del bus con una niña de 2 años y diciendo cosas como: "Y el perrito como hace?? Y la vaca??", y si, tu también te pones a mugir como alma poseída por la mismísima Vaca que Ríe de El Caserío (la de los quesitos vaya), mientras la señora de al lado te mira preguntándose que narices te has metido en vena.

Pero claro está, que es más importante que los niños sepan imitar a toda la fauna conocida y por conocer, a que vayan diciendo un caguentó' lo que se menea como Dios manda. Mejor que les imiten a un burro. Perdón; a un burrito.

PD: Os dije hace días (semanas probablemente...) que había creado un twitter para el blog. Pues estoy a un tropiezo de borrarlo, porque no consigo de ninguna forma poner un timeline aquí (si alguien sabe... Por Dios que me diga como), y solo consigo poner un link extraño, como podéis ver si pasáis la vista por vuestra parte derecha de la pantalla. En fin, consejos, ayuda... todo me vale ahora mismo.


martes, 6 de noviembre de 2012

¿ Sabéis....?

¿Sabéis ese día que cumples 20 años?

¿Sabéis esos días que de buena madrugada, a eso de la 1 am (teniendo en cuenta que hoy es martes y los martes, como todos los días comprendidos entre el lunes y el viernes, amaneces a las 6, no te hace ni puta gracia) empiezas a recibir mensajes y whatsapps felicitándote?

¿Sabéis esos días que cuando bajas a desayunar, la familia, que normalmente esta corriendo porque llega tarde, haciendo bocadillos para las niñas y poniendo camisetas y pantalones a niñas medio zombies, hoy esta abajo, cantándote a coro el cumpleaños feliz, haciendo que te despiertes de golpe y veas que han llenado el comedor de globos y han puesto en la pared un bonito "Felices 20 años!"?

¿Sabéis esos días que las niñas te vienen cada una con un paquetito en la mano, y se empiezan a pelear a ostia limpia para ver cual abres primero?

¿ Sabéis ese día en que tu niña de 6 años te escribe una carta que sabes que guardaras toda tu vida?

¿Sabéis esos días que el móvil no deja de sonarte por gente que te llama para felicitarte?

¿Sabéis esos días que tus amigas china y sueca del curso de alemán traen postres típicos de su país para celebrar tu cumple?

¿Sabéis esos días en que llegas del curso y te encuentras a la madre en casa preparándote tu plato alemán favorito, a pesar de que ella, normalmente, acaba de trabajar 3 horas más tarde?

¿Sabéis esos días en que sacan de postre para la cena un pastel donde pone "Felicidades" y te hacen soplar 20 velas?

¿Sabéis ese día en que te quedan solo 40 días para irte a casa, y te das cuenta de lo mucho que echaras de menos a esos bichos, que te han dado tema hasta para escribir un blog?

¿Sabéis ese día en que ves que esta entrada es la numero 50 de tu blog?

¿ Sabéis ese día en que recibes sorprendentemente, postales de felicitación por todos los medios y de todas formas y colores? (una cantaba, lo juro, menudo bote he pegado...)

¿ Sabéis ese cumpleaños que recordaras toda tu vida, no solo porque lo has vivido lejos de los tuyos, sino porque la distancia ha echo que todos los que están ahí esperándote, todos tus amigos de siempre, todos tus nuevos amigos, todo aquel que te rodea ahora... se acuerden de ti?

Pues hoy he tenido uno de esos días.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Cuando una revive los 6 años

Después de todos estos meses, he llegado a la conclusión de que a veces, rebajarse al nivel de los niños funciona más que intentar darle una charla sobre el bien y el mal.
Y ojo!, no me malinterpretéis: yo nunca me pondría a darles patadas mientras lloro como un cochinillo, ni a chillar eso de "mamaaaaaaaaaaaa" como si los estuvieras degollando cuando en realidad lo único que has echo ha sido cortar su carne cuando ellos, así, sin previo aviso, han decidido que querían hacerlo solos. 
Me refiero a que a veces has de viajar a tu más tierna infancia y pensar: "¿Que le contestaría yo si tuviera 6 años?".

Y eso exactamente es lo que he echo. 
Resulta ser que mi niña mediana, de 6 años, ahora que ha empezado el colegio, ha descubierto un nuevo abanico de frases e insultos sin sentido que te suelta como si fueran la cosa más graciosa del mundo. Todo empezó un día  que me vio comer paté, y como a ella no le gusta (y por extensión, esta asqueroso y si lo comes es que tienes un problema mental), me soltó con una risa: "Estas bala-bala" (mientras se tocaba la cabeza con un dedo). A los no iniciados, ese traduce como un: "estas loca". 
No le di importancia, ni siquiera le contesté, no creí que valiera la pena molestarse.
Pero últimamente ha aprendido LA frase. Y lo pongo en mayúscula porque si la oyes una vez, pues bueno, pero dicha cada vez que te ve, a cada momento, a cada cosa que haces (tu o cualquiera)... cansa. 
La frase cojonera en cuestión es algo así como (y dicha con un tonito repelente y como si fuera una musiquita): "Cola, Fanta, Bier, Bala-Bala hier, bei dir". Lo que viene siendo en la lengua de Cervantes: "Cocacola, Fanta, Cerveza, "bala-bala" aquí (mientras se toca la cabeza, osease, loca de aquí, de la cabeza), para ti (y te señala).". Un encanto de frase, como podéis ver.

El tema esta en que al principio pasaba, pero al ver que eso solo iba a más, empezamos (yo y los padres, que ellos tampoco se libran de esa frase a cada momento) a contarle que eso estaba mal, que era feo de decir, que no se lo tiene que decir a la gente porque a ella tampoco le gustaría que se le dijeran... Y valió de lo mismo que si le bailara una jota y los padres tocaran la zambomba a juego, incluso empeoró cuando la pequeña de dos años, que ahora esta en esa etapa de plagiar todo a su hermana, empezó a hacerle los coros.

Y me harté. Y los métodos educativos aupairiles estándar y reglamentarios se fueron al carajo. 
Así que una buena noche, mientras estábamos todos cenando (y haciendo la lista de la compra), dije que por mi podían comprar pizza de champiñones, que a mi me gustaba, cuando la niña empezó con el ya conocido...

ELLA: "Pizza de champiñones? Cola, Fanta, Bier, Bala-Bala hier bei dir! jajajajaja"

Yo la miré con la cara más seria que podía poner, la mesa se quedo en silencio a la espera de la charla del bien y el mal, se empezó a oír la musiquita esa del oeste de tiruriiiiiiiiiii, y le solté un seco:

Quien lo dice lo es, el mundo al revés.

Si, educación power. El caso es que la niña se quedo callada, sin saber que contestar, y empezó a llorar. Y la madre la miro con cara de mala leche acumulada y le dijo un "Te lo has ganado, eso te pasa por decir cosas feas, que al final pierdes". 

Y desde ese momento, el "Cola, Fanta, Bier..." solo se escucha cuando se hace la lista de la compra, sin el tono repelente y por separado.