lunes, 31 de diciembre de 2012

Resumen del 2012

No me gusta hacer listas de propósitos para el nuevo año. Escribirlas en un papel (o en un blog en este caso), es significado que ahí terminan, y no me acuerdo más de ellas.
Por lo tanto, voy a hacer una lista de todas aquellas cosas que todo el mundo tiene en su lista mental de "esto lo haré algún día", pero que por alguna razón desconocida, nunca lo hacen. Y yo, este año, he cumplido muchas cosas de mi particular y eterna lista mental.
Y no os riáis de mí, que yo soy de conformarme con poco.
Vamos al tema:

COSAS QUE ALGÚN DÍA DIJE QUE HARÍA, Y QUE FINALMENTE HE ECHO

1- He conocido otro país, he vivido y trabajado en él, me he adaptado y he sido feliz.
2- He salido a la calle con chanclas y calcetines
3- Le he dicho a un inglés que el mundo no giraba en torno a su ombligo.
4- He perseguido a Minnie Mouse por Disneylandia.
5- He enseñado a un alemán a hacer un huevo frito.
7- He conseguido las bases (y mucho más que eso) del que ya va siendo mi cuarto idioma.
8- He ido a Ikea con un sueco. 
9- He aprendido a callarme.
10- He descubierto la importancia de muchas cosas y el valor que tienen para mi muchas personas. 


Y como diría mi querido Pepe Rubianes, durante este tiempo me he buscado a mi misma, y por si a alguien quiere saberlo, o le puede interesar, no me he encontrado. Pero bueno, por algo se empieza.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Cosas que pasan en las despedidas (parte 2)

Con los niños pequeños, es complicado explicarles que te vas. Y que no vas a volver a vivir en casa. Ellos viven en un mundo muy pequeño, que consta de su casa, la guardería, padres, amigos, familiares... y tu. Y no lo pueden entender. Es algo así como "¿Llevas aquí la mitad de mi vida y ahora te vas sin más?". Es duro y es un gran cambio para ellos.

Con mi niña pequeña, que cuando llegue hacia la friolera de 5 días que había cumplido los 2 añitos, y ahora al irme estaba a punto de cumplir los 3, he estado casi toda su vida con ella, 6 horas al día de lunes a viernes (sin contar comidas, cenas, lectura de cuentos nocturnos y vida diaria en general). Para ella, el cuarto de arriba es mi cuarto (¿de quien va a ser si no?), así como el sitio de la mesa para comer, o las cosas que yo hacia con ella. Por esa razón, fue complicado explicarle todo esto. Y me consta que a día de hoy aún pregunta por mi o sube por la tarde arriba para avisarme a cenar. Os voy a poner la conversación que tuve con ella (y que creo que no voy a olvidar nunca, por que no decirlo). Esta surgió espontánea unos 10 días antes de que yo me fuera. Pensar que a pesar de que yo lleve diciéndole a las niñas que me voy a ir en un tiempo desde el primer día, ella es muy pequeña para entenderlo.

No es que la niña se exprese tan divinamente, pero os lo escribo bien para que lo entendáis:

(...)

ELLA: ¿donde vas?
YO: A mi casa.
ELLA: Pero entonces no te vas porque eso esta arriba.
YO: No, me voy a mi casa de Barcelona.
ELLA: Ich komme mit (esta la pongo en alemán porque le salio del alma a la criaturita. Quiere decir un: "yo voy también", o al menos esa es la esencia)
YO: Pero tu no puedes venir.
ELLA: ¿porque?
YO: porque tengo que irme con mi mamá y mi papá, porque ya me echan mucho de menos, y tu tienes que quedarte aquí con tu papá y tu mamá, porque sino te echaran de menos a ti.
ELLA: pero estás aquí para comer después.
YO: no cariño, me voy en unos días y volveré en verano, cuando haga muuucho calor y podamos ir a la piscina.
ELLA: pero duermes arriba.
YO: no bicho, dormiré en Barcelona, en mi otra cama.
ELLA: y cuando te vas?
YO: después de que vayas con la Taggesmutter al bosque y desayunemos (al ser tan peques no entienden el paso del tiempo y las distancias, y les mides estas cosas comparándolas con otras que ya conocen, en plan "como de aquí a la panadería", etc.)

Pausa en la que se quedo pensando y con cara seria...

ELLA: yo no quiero que te vayas a Barcelona.
YO: ya, pero me tengo que ir con mis papás.

La bicha se quedo aquí meditando, porque esa última frase es la que les dice la Taggesmutter (la de la guardería) cuando los vamos a buscar y no se quieren ir. Y para demostrarme lo pequeñaja que es y lo pequeñito que es su mundo, y para que me echara a llorar yo cual tonta, me pone morretes, cara de pena y me suelta un tierno...

Y cuando vienen tus papás a buscarte?

Porque chicas, las despedidas con los niños son duras, y más cuando le tienes que explicar que te vas, y ellos en su pequeño mundo no lo pueden entender. Queramos o no, somos parte de lo que es su vida, y los dejamos, en cierto modo, un poco huérfanos.

viernes, 21 de diciembre de 2012

El apocalipsis

Como parece ser que hoy se acaba el mundo, y puesto que ya sobreviví al apocalipsis del 2000, y el del 06-06-06, y dicen que a la tercera va la vencida... Oye, al menos que cuando el mundo explote, sepáis algo más de mi.

Porque yo no se al resto de au pairs, pero yo he tenido muchos momentos apocalípticos durante este año. Con sus frases apocalípticas incluidas y ese sentimiento de "tierra tragame". Seré breve, muchas no necesitan siquiera explicación. Ahí va un TOP 3 de momentos apocalípticos o de "tierra tragame":

3- Como olvidar el día que una de las madres de la guardería de una de mis niñas, enterada de que era española, decidió que yo tenia que catar su "tortilla de patatas" y darle veredicto. Solo os diré que, entre otras cosas, esa tortilla era echa al horno, a base de harina y traía patata hervida. Podéis imaginar el resto como era.
El caso es que yo llegue feliz, y tres madres me rodearon, así sin compasión alguna, y me pusieron entre la tortilla y la pared: o la probaba o no salia de ahí.
Y la probé. Y no al escupí de milagro. Sonreí y le dije en mi alemán maravilloso, que aunque era una receta distinta, estaba muy "lecker". Y intenté huir... pero la niña pequeña dijo en voz alta un claro: "¿Puedo probar yo?". En el momento en que cogió el trocito ofrecido por esa servicial madre teutona, me temí lo peor. Y no me equivocaba. Lo escupió en la cara de la señora al grito de "eeekliiiiiiiig" (asquerosoooooooooo). Y remató la escena con un "La de ella (la mía) es muy rica pero la tuya no". Creo que podéis imaginaros mi cara de "tierra tragame hondo" en ese momento. Y la de la autora de la tortilla, ya ni os cuento.

2- El día que le tiré los trastos sin quererlo ni beberlo al chico de USA de mi clase de alemán. Yo le pedí en mi super inglés, que si me podía prestar la "rubber". Una simple y asquerosa "rubber". Una goma de borrar de toda la vida. Su cara fue como si le estuviera pidiendo, que te digo yo... un condón. Pues bualá. Chicas, un consejo para la vida: nunca, jamás de los jamases, y aunque en el cole os hayan enseñado que una "rubber" es una goma, le pidáis una "rubber" a un americano. Es pedirles, así sin educación ni nada, una noche de sexo salvaje, sea con ellos o con otro.


1- Llega el padre de trabajar en agosto, se sienta en una silla, se quita la chaqueta y todo serio, en su castellano "perfectisimo", me suelta: "hoy tengo un día caliente". Mi cara:
Como voy yo a saber que ese día había echo mucho calor en su oficina. ¿Como pretende que de un "hoy tengo un día caliente" yo deduzca un "hoy hacia calor"? Que alguien me lo explique por favor. Yo ya llegue a mi cupo de explicaciones cuando se lo tuve que explicar al padre de las criaturas, con ganas de empezar a cavar un hoyo para enterrarme viva.



Entre muuuuuuuuuuuuuchos otros, como el día que le dije a la Tagesmutter que me iba con la niña a la cama a procrear, o el día que le dije al profe de alemán que desayunaba galletas con cocaína, o el día que fui con un disfraz de elefante ideado por la niña y que, todo hay que decirlo, la trompa parecía, así sin más, un gran pene colgante, y un largo etc.
Pero esos me los guardo para el próximo apocalispsis, que visto lo visto, sera algo así como el 11-12-13, o el treceavo viernes 13 del 2013...

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cosas que pasan en las despedidas (parte 1)

Aqui las tres Marias.
Ya desde Barcelona, puedo pensar en frío. Porque las despedidas, si las piensas antes, deprimen. Y las despedidas deberían ser felices, porque no tienen que ser un final.
Todo depende de quien te despides; con las dos chicas con las que me he juntado estos últimos meses, por ejemplo, se que las veré de nuevo. Un anillo olvidado que tengo que devolver lo atestigua.
Y sobretodo la despedida. Eso fue, claramente, un punto y seguido. Porque las quiero volver a ver, hablar con ellas y reírme de las cosas más absurdas otra vez.

Nuestra despedida, en concreto, terminó así:

- Chicas, faltan solo 2 minutos para que venga mi bus. ¿De que podemos hablar en nuestros últimos minutos juntas?
- ........................................... Os habéis fijado lo baratos que son los DVD de temporadas completas de series aquí en Alemania? Me he comprado esta por 9´99 y en España me valía casi 45 euros!

Y es por cosas como esta que las quiero tanto. Las docenas de currywurst que me he comido con ellas y los cientos de kilómetros (sin exagerar) que hemos recorrido juntas lo atestiguan.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Un final es el principio de algo nuevo


Todo tiene un fin, y el de mi aventura en Alemania es mañana.

La verdad es que me prometí a mi misma hacer una entrada del fin de mi aventura, pero es difícil.
La teoría es simple; Tu te vas de tu zona de seguridad: lejos de tu ciudad, de tu familia y amigos. Y llegas llena de miedo y casi entrando en pánico, a otra ciudad desconocida, donde hace frío y la gente habla otro idioma, el cual, en mi caso, no sabes ni una palabra más allá del hola y adiós.
¿Que triste y deprimente suena todo esto no? Pues no lo es. Si todo sale bien, llegar a convertir ese lugar, su gente y sus costumbres en tu casa, puede ser una de las mejores cosas que has echo en la vida.

Un año después, el frío no es mas que una excusa que te inventas, porque realmente apenas lo notas. Ahora entiendes casi siempre ese idioma de Satanás y eres capaz de hablar malamente. Y tus amigos...? Aquí ahora tienes montones de amigos. Y gente que se han convertido en más que amigos, personas que sabes que serán parte de tu vida para siempre, y es que conocerte lejos de todo, te hace vivir cosas y juntarte con gente con la que nunca hubieras imaginado, y que ahora agradeces que se haya cruzado en tu camino. Y esa ciudad desconocida ahora es tu casa. Te la conoces como la palma de tu mano, y te encanta. Sabes que volverás algún día, veras ese banco, que para el resto del mundo es un banco como otro cualquiera, pero a ti se te quedará una sonrisa en la cara solo de recordar todos los buenos momentos que pasaste ahí. Porque otra cosa que es cierta, es que al final, lo único que importa y de lo único que te acuerdas son los buenos momentos.

Pero solo a la hora de irte, es cuando te das cuenta de lo mucho que has ganado y de lo mucho que vas a perder al terminar con esto. Porque al fin y al cabo, esta experiencia no es más que un tiempo prestado que tiene un inicio y un final.

También hay que decir que este final comporta una mezcla de sentimientos difícil de explicar y de sobrellevar. Por un lado, sabes que ha llegado el momento de irte, de terminar esta aventura para poder dar paso a otras. Y tienes ganas de volver a casa con tu familia, con tus amigos, en tu ciudad. Reanudar esa vida que has dejado pausada en otro lugar. Pero por el otro lado, has de abandonar a tus amigos y a la que ya se ha convertido en tu ciudad y tu casa. Y es duro. Mucho más duro que cuando te vas de tu casa para empezar esta aventura, ya que entonces sabes que te vas, pero que volverás y todo seguirá siendo lo mismo. Pero en este caso no. Sabes que te vas para siempre, y que si vuelves, todo habrá cambiado. Es despedirte para siempre, y llevar todos los recuerdos en la memoria, porque no volverán para repetirse.

Y a pesar de todo, a pesar de lo duro que es irte... Ha sido uno de los mejores años de mi vida. He crecido mucho como persona, he madurado y me he descubierto a mi misma. Ahora conozco mis limites y mis limitaciones, así como todas las cosas buenas que tengo. Y repetiré esta experiencia, en otro lugar, con otra gente, en otra ciudad desconocida. Y la convertiré otra vez en mi gente y en mi ciudad.

Así que si me permitís un consejo, aprovechar todos y cada uno de los días de este tiempo como au pair, porque cuando todo termina, es lo más bonito que os vais a llevar.

Muchas gracias a las que habéis seguido esta aventura, a las que me han ayudado, y por supuesto a las que he conocido gracias a esto, que son las únicas que saben que detrás de este blog, hay una persona de lo mas normalucha y simple, y aun así ahí siguen a mi lado.

Y como dice la canción: "Por si acaso el fracaso no nos deja volver, no olvidemos la aventura del ayer..."



sábado, 8 de diciembre de 2012

Cosas que echaré de menos

Alemania es un país... Extrañito. Si lo comparamos con las tierras cálidas claro. Y a veces no sabes si es que tu eres un bicho raro o es que esta gente hace cosas que, bajo ningún concepto, se les puede poner la etiqueta de "normales". De todos modos, tienen buenos inventos. Y cosas buenas, a las que una se acostumbra rápido (como a todo lo bueno). Y esas son las cosas que echaré de menos cuando, de aquí 8 días  vuelva a Barcelona. Y ya no solo cosas de Alemania, sino cosas de Bonn, mi ciudad. Nunca pensé que una ciudad pequeña como esta, que aparentemente no tiene nada, iba a tener tantas cosas.

He dividido esto en varios apartados, que no podemos mezclar churras con merinas. Os dejo con mi lista ( y os invito a las demás blogueras que hagáis una de vuestra experiencia)...

- Cosas alemanas:

La currywurst

Esta es una de las maravillas gastronómicas de la Alemania moderna. Quien os diga que ha vivido por estas tierras un mínimo de 2 semanas y no la conozca... sospechar. Consiste en una salchicha, usease, una "Wurst", con una salsa que no se de que es, y a eso le echan curry por encima, como se aprecia en la foto. La venden en todos los rincones, en casetas como las de creps o las de churros en España. Y oye, una delicia. Si venís de au pair a estas tierras, vais a comerlas hasta la saciedad. Tiene sus variantes, con patatas fritas, un panecillo... es todo un mundo nuevo a descubrir. 


Los libros de leselernen

Estos van a ser vuestro mejores aliados para pillar vocabulario en Alemán. Son libros para niños que aprenden a leer. Este que veis aquí es uno de los muchos que me he comprado. Los de "Lesemaus" en concreto, son geniales. Hay niveles. El primero, como veis en la foto, es de esos que los nombres más comunes en cada historieta, en vez de escribirlos, te ponen un dibujo. Cosa muy bien pensada, porque las 20 veces que sale esa palabra en cada historieta, y las 20 veces que tienes que ir al indice trasero a buscar el dichoso dibujito a ver que es lo que es, esa palabra queda en tu memoria para los restos de los restos. Para mi sorpresa cuando los descubrí, son lo más barato echo en este mundo. Teniendo en cuenta que aquí, en Alemania, los libros van tirados de precio, estos más aún. Un libro con 5 historias, con sus correspondientes ejercicios finales de cada historia, con encuadernación de tapas duras duras, con hojas gordas, a color todos los dibujos... 5 euros. Los más caros. 
Si, esa misma cara se me quedó a mi.

El DM

Esta tienda es el sueño de cada una de nosotras. Hay todo, pero todo todo todo lo que una pueda desear. Es como una droguería, pero con mil cosas más: comida bio, ropa interior, cosas del pelo, fotografía,  adornos, velitas... Un sueño echo realidad. No sabéis la de horas que me he pasado en esta tienda.
Quiero que exporten el DM a España, con sus precios y su variedad. Yo rezaré al Dios del vino para que eso se cumpla. Porque chicas, bendita sea la calidad-precio de la marca Balea, que seria así como el Hacendado en Mercadona. 

Los Brötchen


De entre las mil variedades de pan que podéis encontrar en Alemania, esta es la más demandada y la que encontrareis en cualquier panadería, por más remota y perdida que esté. Este es el Brötchen, lo que viene siendo el panecillo común. Al principio lo odiaréis. Profundamente. Después empezareis a convivir, y al final no podrás vivir sin ellos. Lo prometo.

Los DVDs a 9'95

Y es que aquí en Alemania estas cosas valen dos duros. Me he comprado temporadas enteras de series del nivel de How I meet you mother o Anatomía de Grey a 9 euros la temporada. Y no es que estén de rebajas, es que eso te valen. No me extraña que aquí este tan censurada la piratería, si al fin y al cabo, por lo que cuesta... Y esto va extendido a películas, música, libros... Esta es una de esas cosas que podrían hacer en las tierras cálidas, en vez de tanta ley Sinde... 

Los parques escondidos

En estas tierras no es como en España, que cuando hay un parque cerca, lo ves venir. Aquí los esconden. Puedes estar paseando, meterte en el callejón más roñoso que encuentres y tachaaaaaaan, que te aparezca de la nada un parque precioso, y enorme. Y si, esa es la única y exclusiva entrada al parque. Cosas de alemanes, desde luego...

El Schöneswochenendetiket

Aquí el transporte es carísimo. Una verdadera ruina. Y es por eso que inventan ofertas de un día, de fin de semana, etc. Este en concreto, el Schöneswochenendetiket, es el mejor de los inventos que tienen. Y el que más vais a usar vosotras. Consiste en un billete con el cual, que por 40 euros viajan 5 personas máximo por toda Alemania durante un día del fin de semana, con todos los transportes menos el ICE y el IC. El billete es valido, por ejemplo, a las 00:00 del sábado y termina a las 3:00 del domingo. Un verdadero chollo y una manera barata de descubrir rincones de Alemania.




- Lugares:
Rheinahue

Este es un parque enorme, y cuando digo enorme, lo digo a la alemana: 160 hectáreas, 35 de las cuales son las orillas del río Rin. En fin, no pondré fotos siquiera, porque hay tantos sitios que descubrir, que simplemente, tenéis que ir y descubrir el vuestro. 

La librería Bouvier

Es una especie de sucursal o aliada de Thalia, una super librería tipo Fnac. Esta en concreto, la de Bonn, es mi lugar. He pasado horas y horas ahí dentro. Ahora hagamos todos un minuto de silencio, porque la cerrarán este febrero. Suerte que no estaré para verlo.

El Rhein (también llamado Rin)

Antes de venir a Bonn, era ver el Ebro y pensar: "Jolín con el río ..". Si, lo veía grande. Y, sin quererlo ni beberlo, fui a parar a la ciudad que justamente, esta partida por el río más grande de Europa. Así, con dos. Que aun me acuerdo cuando me informé sobre Bonn antes de venir, y vi que decía que tenia "comercio marítimo . Yo miré un mapa, lo vi ahí, bien metido en el interior... Y me extrañé. Hasta que vi este río. Madre mía, si por aquí pueden pasar hasta cruceros de los gordos. 
Y también hay que decirlo, no cambio mis mil paseos por sus orillas por nada del mundo.

Los campos de la universidad


Aquí seré breve. Enserio, si visitáis Bonn, dejaros de tonterías de Casas de Beethoven y cosas así y iros directamente a pasear por los campos de la universidad. Cuando termine el día, me lo agradeceréis.

El café de Bad Godesberg

Siempre había soñado en poder plantarme en un bar, mirar al camarero y que este, sin más, sepa ya lo que voy a pedir. Es triste de decir, pero este sueño lo he logrado aquí en Alemania. En la cafetería donde íbamos siempre a tomar un café los de mi curso de alemán cada día, cuando terminábamos la clase.

La pizzeria de los turcos

Pizzas margarita de chuparse los dedos y de un tamaño más que considerable, a 3 euros. La atención buenísima  la gente que trabaja ahí son la cosa más amable y buena del mundo. Echaré de menos las miles de  veces que he comido ahí. Y las pizzas margarita a las 3 de la madrugada, o a las 7 de la mañana...

La "currywursteria" de la Markplatz


Después de tantas cenas, comidas y meriendas echas al calor de una currywurst en la Markplats, tenia que nombrar este sitio. Ahí venden las mejores Currywurst, con todas sus variantes, de todo Bonn. Por esa razón, si algún día venís a Bonn, acordaros de mi y ir a la Markplatz, compararos una currywurst en un chiringuito mitad rojo mitad blanco que encontrareis ahí, sentaros en la repisa de la tienda de zapatos que hay justo a su izquierda, y comeros esa currywurst a mi salud.

Y para terminar...
- Personas:
- Mis niñas.
- Mis amigos, que ellos ya saben quien son, para que ponerme a nombrar gente...
- A mi peludete de cuatro patas, ya sabéis, este.
- A mis compis de curso y a Frau Görner, que no podría haber tenido una mejor forma de aprender Alemán, que con ellos.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Lo que no mata, engorda

Hoy os voy a presentar una receta de cocina que todas las au pairs de este mundo tenéis que conocer. Empecemos:

El Bizcochón

Ingredientes:
- 200 gr de azúcar
- 600 cl de leche
- Un limón y una naranja.
- 500 gr de harina con levadura incluida.
- Otro paquete de harina, de los grandes.
- Huevos.

Preparación:

Juntar a tres au pairs y una exaupair con la intención de hacer un Roscón de Reyes en casa de una de ellas, con tres niñas que ronden los 2 / 12 años, un domingo por la tarde y sin padres a la vista. Es esencial que ninguna de ellas sea especialmente dotada para la repostería,  y sobretodo, que ninguna de ellas sepa ni la receta, ni como hacer un roscón de reyes.
Una vez esteis listas y preparadas, buscar la receta en google. Después buscar dos más y combinarlas sin criterio alguno. Ahí es cuando os daréis cuenta que eso del roscón de reyes es muy complicado, pero como ya habéis comprado los ingredientes... Oye, que no tenéis nada mejor que hacer.
Así pues, empezar con una de las recetas elegidas. Echar toda la leche del tirón en un bol grande, y la mezcláis con los huevos y la harina, que aunque en el max-mix-receta que habéis leído ponga que echéis 400 gr, echarle los 500 gr que tiene el paquete, mejor que sobre que no que falte.
Por otro lado, que una de las au pairs se lleve a las niñas a una distancia prudencial a conseguir la ralladura del limón y la naranja. 
Y la au pair que no este haciendo nada, que se ocupe de hacer la "masa madre", que consiste en 70 gr de harina mezclados con 4 cucharadas de agua. Cuando veáis que con 4 cucharadas eso no cuaja ni se hace masa ni bola, echarle agua al gusto hasta conseguirlo. Una vez tengáis una bola pegajosa de masa, ponerla sumergida en un bol con agua caliente, a la espera de que se hinche.
En este momento, la masa general de leche y harina no tiene que tener buen aspecto y ha de contar con tropezones y cosas flotantes, pero de todos modos, se le echa la ralladura de limón y naranja.
Seguidamente, dejar de inventar cosas y consultar las otras recetas en Internet  Daros cuenta que cada una lo hace como le sale de las narices... Y partiendo de esa base, interpretas que eso has de hacer tu. Improvisas. Grave error.
Pasada media hora, cuando veáis que la masa madre sumergida en agua esta tal y como la dejasteis, que eso de augmentar de tamaño no es para ella, hacer un pensamiento y echarla a la masa general, que total, ya se mezclaran.
En este momento ha de convertirse en una masa acuosa como con pegotes pegajosos y los grumos que ya contenía  Si así es, es que vais por buen camino.
Y en ese preciso instante, un ángel bajará del cielo, y os dará la idea de echarle más harina, para que tenga más consistencia.
Y entonces le echáis un medidor de harina...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Y otro...
Probarla y daros cuenta que ha menguado mucho el sabor. Echarle un puñado de azúcar, al gusto.
Seguir echando harina... Unas 8 veces más.
Y después echar otro huevo, a ver si así se arregla el estropicio.
Y echar harina unas 5 veces más.
Cuando por fin os pispeis de que no por más harina que le echéis eso empezará a parecer una masa, daros por vencidas, echar esa "masa" en dos moldes (eso si, semos profesionales y ponerle margarina y harina para que no se pegue) y al horno, que habréis puesto previamente a calentar a 200º, pero bajarlo a 160º al meter ese invento que habéis echo.
Dejarlo ahí .. mas o menos el tiempo que tarde en tostarse y cocerse. Y no os asustéis.  Va a subir... poco y lentamente, pero lo hará.

Cuando lo saquéis del horno, podéis probarlo y comprobar que, a pesar de todo, se puede comer y huele bien. Peeeeeeeeero, no sabe a nada. Es más insípido que un cacho de corcho. Así que hurgar en los armarios, y echar encima lo que encontréis. Preferiblemente chocolate de cobertura, o azúcar glas... Lo que surja.

Y aquí tenéis vuestro bizcochón, que no es ni un bizcocho ni un roscón, pero que te hace reírte hasta la saciedad y pasar una de las mejores tardes de domingo de trabajo de la historia de ser au pair.

AVISO: Para comerlo, tienes un margen de dos horas justo después de sacarlo del horno. Después... bueno, siempre podrás usarlo como arma de defensa, porque puedes abrirle la cabeza a alguien con él.