martes, 22 de enero de 2013

Verdades como puños

En mi año de au pair he coincidido con muchas otras compañeras, que me han echo ver que muchas au pairs callamos cosas, que después todas compartimos. Todas pasan en mayor o menor medida.

Con el permiso de todos, voy a decir verdades como puños, que las aupairs nos guardamos, y que señoras (y señores, que nunca se sabe), au pairs y otros especímenes que visitan este blog, alguien tiene que decir en voz alta de una vez para que las familias se enteren.

VERDAD Nº1: Trabajar de au pair cuando los padres están en casa es un suplicio.

Una familia que de verdad quiera ver como se comportan sus hijos cuando están con su au pair, siento decirlo, pero jamás lo lograran hacer en vivo y en directo. Alguien les tiene que decir a esa gente, que cuando están delante, sus hijos se portan como cachorros de pitbull en celo para reclamar su (muchas veces) no saciada necesidad de atención paterna. Y si, la verdad es que una simple acción como podría ser cambiarse una camiseta, se vuelve un drama si ellos están delante. Y no, normalmente, en compañía de la au pair, los niños siguen la ley del "aquí mando yo", no la del "voy a patalear hasta la muerte" que rige cuando ellos están en casa.
Y para terminar, una au pair no esta en casa para cuidar de tus hijos el sábado por la mañana mientras tu duermes, o por las tardes mientras tu te echas la siesta, porque tu hijo, al que has parido (o no), has criado (o no) y has educado (o no) quiere estar contigo, que para algo eres su padre, y no con la au pair, por mucho que la quiera. Lo único que se consigue con eso es que los niños crean que la au pair es alguien que no les deja ir con sus padres (y más si cuando estos se hartan de oírlos llorar, bajan con cara de "claro cariño ven conmigo" después de que la au pair lleve dos horas diciéndole que papa y mama ahora no pueden están con el), con lo cual la au pair queda totalmente desacreditada y le quitas una autoridad que ella necesita para hacer su trabajo correctamente.

VERDAD Nº2: No es compatible una casa ordenada con una casa con niños. 

Si las familias quieren una casa como los chorros del oro, con cada cosa en su lugar, que no tengan hijos, o que los alquilen por horas. Una habitación de un niño, no estará ordenada después de cenar, si estos están jugando 10 minutos antes de la cena. Por mucho que la au pair ponga todo su empeño, los juguetes están para jugar, y no puede exigir que jueguen solo con uno para que no desordenen. Son niños, y es lo que hay. Y en mi opinión  mientras se pueda entrar en la habitación y que no te caiga una avalancha de legos en el cogote, es una habitación de niños ordenada. Que una au pair puede ordenar por la mañana, pero las familias no pueden esperar que por la noche eso siga igual, y por ende, que la au pair se pase mas rato recogiendo que jugando con los niños (que eso es otro tema). Porque seamos realistas, ella puede ayudar a que los niños recojan y les pueda insistir, pero todos aquí sabemos como ordena un niño de 6 años, y que es el doble de trabajo, obligarlo a recoger, y hacerlo tu después, así que eso es un trabajo que por la noche se le ordena al niño, y por la mañana lo hace la au pair "para rematar la faena". Y si no te va bien que las habitaciones de los niños sean eso, habitaciones de niños, contrata una chacha que vaya detrás de cada niño recogiendo a su paso. O hazlo tu, que para eso es tu casa.

VERDAD Nº3: Las au pairs necesitamos medios para hacer nuestro trabajo.

Es muy bonito querer que las au pairs hagan actividades con los niños, que los saquen de casa... Pero para eso se necesita dinero o material. La au pair no puede hacer manualidades con los niños si no hay rotuladores o cartulinas. La au pair no puede irse al zoo si no le dan dinero para hacerlo. La au pair no los llevara a tirarse con trineo por la nieve si no le dais el dinero para pagar el bus. La au pair no podrá ayudar a  tus hijos con los deberes si a la vez tiene que cuidar de un bebe de 6 meses a la hora de la cena. Y podría llenar lineas y lineas poniendo ejemplos, pero creo que ha quedado claro.

VERDAD Nº4: La habitación de una au pair es un sitio privado para ella.

No puedes exigir a tu au pair que tenga su habitación de una manera o de otra, no puedes poner por norma que haga su cama cada mañana, que tenga las cosas ordenadas y limpias como si tuviera un trastorno obsesivo-compulsivo, ni que limpie su baño cada cuando a ti se te antoje. Y no me extenderé más. Las únicas normas que se pueden poner en su habitación, son las siguientes:

- Puedes hacer cualquier cosa en tu cuarto mientras que no prendas fuego a la casa.
- Nos gustaría que entre tu puerta y la ventana hubiera un camino transitable entre posibles libros, apuntes, ropa y bragas sucias tiradas por el suelo, por si la chica de la limpieza quiere ventilar.
- No dejes platos sucios en tu cuarto para que no se te coman los bichos.
- Puedes lavar tu baño cuando quieras, siempre y cuando el olor a mierda no llegue al resto de la casa.

Y punto. Como decida ordenarse las cosas, limpiar su suelo, su baño o cambiar sus sabanas es una cosa que mientras este dentro de unos limites de higiene, no tienes porque meterte.

VERDAD Nº5: Traer a los amigos de los niños a casa para que estén entretenidos no es un alivio para la au pair.

Traer a los niños de otros a casa cuando esta la au pair no es una ayuda para ella, si los niños no son grandecitos. Traer a un niño de menos de 5 años a casa para que juegue con el tuyo es traerle a la au pair el doble de trabajo. Y no nos engañemos, también hay que decir que los niños, jugando con amigos, arman semejantes destrozos en sus cuartos, que después tendrá que ordenar y limpiar la au pair. Así que si quieres que tu hijo tenga vida social en una casa, para "quitarle trabajo" a la au pair, podríais quedar para llevar al niño a casa del amiguito, o ayudar a recoger antes de ir a dormir en casa si llevan a otro niño a la tuya. Eso si que es un alivio para la au pair, lo otro es darle el doble de trabajo.


Alguien, por fin, tenia que decirlo.

PD: Mañana tengo los exámenes finales de este semestre. Estoy entre la vida y la muerte por falta de sueño. Desearme suerte, que la semana que viene (cuando mi cuerpo regule el PH de la sangre al expulsar toda la cafeína que me corre por las venas), volveré a arrancar con el blog, que lo tengo abandonadillo.



domingo, 6 de enero de 2013

Queridos Reyes Magos

Hace mucho tiempo que no os escribía. Culpa mía, crecí y dejé de creer en vosotros. Pero este año de carreras en el parque, horas de jugar al escondite, de tomarme el zumo con pajita, de castillos de arena y de guerras de pistolas de agua, parece que esa niña que vive en mi ha vuelto. Y me he dicho: ¿Porque no escribir a esos viejos amigos? Seguro que después de tantos años me han echado de menos y quieren saber como me va.

Mis padres siempre decían que no os debía pedir muchas cosas, porque al ser magos, sabíais lo que me gustaba, y que ellos traerían regalos mucho mejores de los que yo pudiera imaginarme. Por esa razón, debíamos pedir solo tres o cuatro cositas para nosotros, después una cosa para los abuelos y para los primos, una para papa y para mama, y un lote de comida para los pobres.
A pesar de que en esas épocas os consideraba un poco crueles por traer tantas lentejas para los pobres, que bastante tenían con ser pobres como para tener que comer eso todos los días, este año me ha echo valorar gratamente un buen plato de lentejas con chorizo de mi madre. Así que esa carta se empezaba, previo recordatorio de mi madre, diciendo un "Queridos reyes magos, se que este año no me he portado muy bien pero...". Aquí añadías la lista de cosas que querías, y esa lista, claro esta, tenia que finalizar con un "Y algunas cosas más...", para que no os olvidarais que, a pesar de que yo solo había pedido 3 juguetes, si caían más, casi que mejor. Para terminar, teníamos que escribir un deseo para este nuevo año y prometer, sea como fuera que te hubieras portado ese año, que en este próximo te portarías mejor y chillarías menos.

Este año les haré caso y os escribiré una carta con todo este protocolo a seguir, pero por primera vez no voy a pedir juguetes. Cuando quiera un Nenuco ya iré a comprármelo. Os pediré algo más difícil. Pero como sois magos y eso hay que aprovecharlo... Imagino que si podías espiarme 365 días al año (366 en los bisiestos), saber cada una de las cosas que había echo mal, aterrizar con unos camellos en un patio interior y comer toda las galletas que os dejaban todos los niños sin explotar... Digo yo que esto para vosotros será pan comido.

Dicho esto...

Queridos Reyes Magos;

Se que este año no me he portado muy bien: quizá no he bailado suficientes veces el baile de Boca Negra el Pirata, o no he puesto mucho entusiasmo al dramatizar a Barbie en la guardería, o incluso me atreveré a decir que podría haber leído más veces el cuento de la Ardilla miedosa... Pero a pesar de eso, voy a ser un poco jeta y os voy a pedir unas cuantas cosas.

Empecemos:

Para mi niña pequeña, que por mucho que crezca sera siempre pequeña para mi, quiero que le traigáis millones de pedorretas, pero no de las normales, solo de las que a ella le gustan. También quiero que le traigáis cosas rosas. Da igual cuales. Y que traigan "maripozaz", eso es fundamental. Y si sois generosos, ella nunca rechazará una buena chuchería.


Para mi niña mayor, esa preadolescente porculera a la que tanto quiero, traerle mucho amor de su querido "T", y que cuando le rompan el corazón por primera vez, que no le duela mucho. Que consiga ser fuerte y que logre todo lo que se proponga, ahora y siempre. 


Para mi niña mediana, que no por ser la última aquí es la menos importante, traerle mucha, pero que mucha valentía. Que algún día consiga estudiar "Como ser Pirata" en la universidad, como ella quiere, y que nadie en esta vida le quite la ilusión de ser futbolista e ir a la Luna a hacer muñecos de nieve. Y que sobretodo, nadie le quite nunca esa inocencia.


Para mis padres alemanes, traerles cajas y cajas del don de la paciencia, que allí en Alemania, y mira que las he buscado, parece ser que no las venden. Así que traer muchas, para que no se les terminen en los próximos... que te digo yo, 20 años, año arriba año abajo. Que se lo sigan tomando todo con humor, incluso las cosas malas (y las aún peores). Y que consigan educar tan maravillosamente como ahora a esas hijas tan fantásticas que tienen.


A mi tonto particular, no hay cosa que le haga más feliz que una pelota de tenis. Si conseguís una que le dure más de media hora en la boca y que regrese sola cuando la abandone por el parque, le haréis feliz de por vida.


A mis padres, que a pesar de no quererme tener lejos, me sigan animando a hacer estas locuras y a empezar aventuras de las cuales solo Dios sabe como terminaran. Que me animen a hacer lo que me gusta sin escuchar lo que digan los demás, y que sigan haciéndome creer que todo es posible. Y eso, os lo pido por favor, traerlo en una cajita pequeña, que llevo oyendo a mi madre quejarse de la de trastos que he traído de Alemania y que no sabe donde meterlo todo desde el día que aterricé en el aeropuerto.


A mi hermano, tráele felicidad, porque lo demás ya lo consigue el solito luchando y peleando día a día. Y bueno... caramelos. Muchos. 


A mis amigos, solo quiero que le traigas fuerzas para que me aguanten a su lado muchos años más. Y que por mucho que me vaya lejos, sigan siendo tan pesados y continúen acosando a llamadas, e-mails y whatsapps.


A mi perrita, darle todo lo que ella desee, y que siga teniendo esa vitalidad, alegría y memoria el resto de su vida perruna. Y que, como esta vez, me siga recibiendo como si nada hubiera cambiado después de 6 meses sin saber de mi. 


Y ahora si, voy a pedir para mi. Yo, este año, solo quiero que me traigáis una caja, para meter todos mis recuerdos de este año. Esos besos con sabor a chocolate, el olor a ceras los días de invierno, el frío en la cara, los nuevos amigos, los que no son nuevos, esos momentos de reírme hasta llorar, de ir a todos sitios pero no llegar a ninguna parte... Bueno, mejor traerme dos cajas, que no voy a tener espacio en una si también quiero meter todas las sonrisas y las risas a carcajadas. Y os pido por favor, que hagáis que mis niñas se acuerden de mi por mucho tiempo. 


Y algunas cosas más (no diré que no a un Ferrari, o a una mansión en los Alpes).

Para este nuevo año, solo deseo una cosa, y es muy pero que muy muy simple: quiero que sea igual de feliz que el año que dejamos. Os lo pido, así como diría mi abuela, "porfitas". 


Creo que con esto ya he terminado. Prometo portarme mejor el año que viene y no chillar tanto (solo un poquito... cada día) si me traéis lo que os he pedido.


Muchos besos para vosotros y darles recuerdos a los camellos, recordarles que yo era la que me pase 9 años poniéndoles pan seco y cubos de agua en el patio.


PD: y traerles carbón a todos estos que he nombrado arriba. Ya sabéis, de ese de azúcar que me traíais siempre y que estaba tan rico.