jueves, 28 de marzo de 2013

La vida da muchas vueltas...

Así es, da muchas vueltas. Tantas que a veces marea.

Hace más o menos un mes, decidí volver a buscar familia. Quería volver a Alemania. Quería volver a ser au pair. A vivir esta experiencia, pero solo durante el verano. Después me lié la manta a la cabeza y decidí buscar para un temporada más larga, unos 6-9 meses.

Durante este mes han pasado muchas cosas en mi vida. He hablado con muchas familias, he descartado a muchas y me han descartado a mi en muchas más. Hace un par de semanas (creo) que estoy hablando con tres familias que me gustaban mucho. Desde luego, me habría ido con cualquiera de las tres, son familias maravillosas.

Pero... Siempre hay un pero.

Aunque tengo muchas ganas de irme otra vez, no lo tenia claro. No me veía con las mismas ganas de irme que hace un año y medio, cuando empece mi aventura en Alemania.

Poca gente escribe como son las cosas una vez se regresa a casa después de una experiencia au pair que haya salido bien, y menos, cuando ha sido una experiencia larga. Creo que ahora entiendo porque.

En mi caso, cuando volví me di cuenta de lo mal que están aquí las cosas. Realmente, cuando estas fuera lees cosas, puedes intuir como esta la vida en el sitio de donde te has ido, pero volver y darte de bruces con la realidad... eso es otra cosa. Mis primeras tres semanas en casa, me las pase encerrada en modo clausura para poder terminar el semestre de la universidad de un modo decente. La siguiente semana me la pase de un sitio para otro, visitando a todo el mundo. Y después todo volvió a la normalidad. Y ahora quiero lanzar una pregunta al aire...

¿No os parece aburridiiiiiiisima vuestra vida, una vez volvéis?

A mi me lo pareció. Muchísimo. Todo el día en calma, tranquilidad, ni un grito, ni una voz más alta que la otra... No tenia que esforzarme para entender a nadie, al contrario: cuando iba por Barcelona y oía a alguien hablar alemán, me giraba y les miraba con la misma cara de emoción con la que miraba en Alemania al oír castellano o catalán. No había nada nuevo que ver, ni nada nuevo que visitar. No esperaba el fin de semana con ansia, para poder hacer "algo distinto".

Y en ese momento, una amiga mía, muy sabia ella, me miro con esa cara de "te-conozco-como-si-te-hubiera-parido", me dijo esto cuando le conté como me sentía: "Antes de irte, ¿que cosas querías hacer y nunca habías echo? Busca en tu cabecita, tu siempre has tenido un plan. Y cuando lo encuentres, solo has de cumplirlo".

Llegado a ese punto, hace un mes empecé a buscar familia "pero de verdad". Volvemos al principio de la entrada. Pero no os engañaré. Tengo muchísimas ganas de volver a ser au pair, pero tenia muchas ganas de hacer mil cosas más. Y empecé a buscar una familia al mismo tiempo que mandaba correos y solicitudes para empezar otros mil proyectos completamente diferentes.

Hoy me ha tocado decidir. La familia que tanto deseaba me ha ofrecido ser su au pair. Y me han dicho que si a un proyecto de voluntariado que tenia pendiente hace casi un mes y medio. No tenia más tiempo para pensar, y he tenido que decidir. Y he decidido quedarme. Me ha costado mucho decir a esa familia que al final iba a tomar otro camino, pero por el momento, creo que necesito otras experiencias, poner un punto y a parte para que cuando vuelva a ser au pair, que no os equivoquéis, tampoco sera de aquí mucho, sea una experiencia nueva que pueda coger con la mayor frescura que sea posible.

Muchas chicas últimamente me mandan emails preguntándome que se necesita para ser au pair: ¿buen nivel de idioma? ¿buena presencia? ¿mucha experiencia? ¿ser muy cariñosa? No chicas, nada de eso. Se necesita tener muuuuuuchas ganas de serlo. Y si como yo, ahora no las tienes, no te esfuerces en mandarme un email preguntando. Cosas como esta solo salen bien si te ves con ganas, no cuando es tu única salida.

Ahora voy a empezar a hacer cosas distintas. Y volveré a publicar entradas sobre la vida au pair. En estos meses, la verdad, era la ultimo que me apetecía. Ahora vuelvo a tener ganas de ello. Porque vamos a ver, todavía no os he contado la vez que el perro y la niña se "escaparon" de casa. O la vez que hice la bien llamada "maravilla culinaria". O cuando me llevé a la niña a la piscina en verano. O la relación de los alemanes con la temperatura. O todas las alemanadas que os tengo pendientes de publicar. O cuando... En fin, un año da para mucho. Y os tengo un par de entradas preparadas sobre buscar familia, que ahora lo tengo reciente...


viernes, 8 de marzo de 2013

El bolso de una au pair

(esta entrada fue escrita en octubre del 2012)

El otro día salí a tomar un café improvisadamente con unas amigas por la tarde. En un momento dado, le pedí a una de ellas que buscara en mi bolso, que yo tenia pañuelos. Su cara de escepticismo al sacar un peine de la Barbie fue todo un poema. Yo aun doy gracias de que fuera eso lo que encontrara, y no las bragas y calcetines limpios y dobladitos tamaño 2 años que rondaban el fondo. Falta decir que esa chica no era au pair, porque las demás (que si lo son) no se sorprendieron lo más mínimo. Tengo que reconocer que eso me consoló y me hizo pensar que no era tan rara.

Porque no se vosotras, pero yo salgo bastante de casa con mis niñas, y para esas cosas tengo el "bolso de a diario", que es el que uso también cuando quedo con mis amigas de este modo. Y me llevo todo lo que este contiene, que es lo normal: la cartera, las llaves, un paquete de pañuelos... Y lo que lleva alguien que va con niños: toallitas, galletas...

Así que hoy y para vuestro disfrute, voy a haceros una lista de que y porque llevo en el bolso de "a diario". Añado que ahora mismo estoy con el bolso delante, a puntito de sacar las cosas una a una para escribirlo.

1) Cartera, llaves, móvil español, móvil alemán - kit básico de supervivencia para cualquiera al salir de casa.
2) Pañuelos marca Tempo, del DM. 5 paquetes. Tres de ellos empezados. Y a las que me pregunten que si es mucho, les diré que nunca, y repito, NUNCA llevas pocos pañuelos cuando llegan los mocos a casa cuando hay niños. 

3) Un paquete de toallitas de viaje marca Saubär (nombre del cual, cuando ya sabes un poco más de aleman y pillas el doble sentido del nombre de la marca, te pasas una tarde entera con la risa tonta), con olor a frambuesa. Multiusos. Tal te limpias tu las manos, como las limpias a un niño, como limpias una nariz despellejada, como un culo. Para todo valen. Incluso para dársela a la peque para que esnife mientras haces cola en la panadería.
4) Un libro de Lieselotte, que para los no metidos en el tema, van de una vaca que hace cosas muy raras. Y son pequeños, cosa importante teniendo en cuenta que tu bolso no es el bolsillo de Doraemon.
5) Un paquete de galletas de mantequilla marca Rewe. Abierto y por la mitad. 
6) Un zumo pequeño (nunca se sabe cuando a un niño de 2 o 5 años le dará sed).
7) Una bolsita de plástico con unas braguitas y unos calcetines tamaño mini y de color rosa. Con la de entradas escatológicas que rondan el blog y después de explicar la operación pañal que he sufrido de un hijo ajeno, creo que sobran las explicaciones del porque de este articulo en mi bolso.
8) Una agenda. Para apuntarme, entre otras cosas, con quién y a que hora a quedado cada niña con sus amigos (que tienen más vida social que yo, no veas), para no llevar a la peque a casa del amiguito de la mayor y saber el nombre del niño en cuestión al llegar a su casa.
9) Un paraguas. Para rellenar, no os creáis, que usarlo no lo uso. Ni siquiera cuando llueve. Cosas que te contagian los alemanes...
10) Tus guantes y un gorro, si no los llevas puestos. 
11) Un muñeco de lego de Star Wars (no se que hace aquí, pero podemos imaginarlo)
12) Un guante ajeno del tamaño, calculando a vista de pájaro, de la pequeña (tampoco tenia idea que esto estaba aquí)
13) Los horarios del bus, arrugados a más no poder (de no usarlos, así me va)
14) Acabo de encontrar mi pulsera perdida desde hace dos meses.
15) Y por ultimo... Tengo el fondo lleno de caramelos desperdigados. Para sobornar en caso de necesidad.


Espero que alguien me diga que lleva cosas más raras que yo en el bolso desde que es Au pair. Me subiríais mucho la autoestima.


PD: Hoy, dos meses después de dejar atrás mi vida de au pair, encontré ese mismo muñeco de lego en mi bolso, cosa que me hizo recuperar esta entrada. Y al llegar a Barcelona encontré la bolsa con las braguitas y los calcetines rondando mi maleta, ahora ya enviados de vuelta a Alemania con unos regalitos para mis niñas. Ah! Y sigo llevado toallitas en el bolso. Me da pánico sacarlas después de todos los usos que les he dado durante este año.