miércoles, 24 de septiembre de 2014

El juego del mes: Carreras de bolis

Este mes, os presento otro juego sencillo que se puede hacer en cualquier sitio o situación. Puede jugar el numero de niños que queramos (incluso un niño solo), y como dato importante, no necesitan tu ayuda.

¿Qué se necesita?

Una hoja de papel.
Un rotulador.
Un bolígrafo para cada participante. Han de ser de los que llevan tapón (o en su defecto, que no sean de los que llevan un botón en la parte superior que hace bajar o subir la punta). También sería bueno que fueran cada uno de un color distinto.

¿Cómo se juega?

Primero, hay que dibujar con el rotulador un laberinto o circuito en la hoja de papel, donde quede claro el recorrido (nunca está de más el marcar la salida y la llegada). El nivel de dificultad del circuito depende de como de ágiles veáis a vuestros niños.
Es importante que dibujemos el circuito dentro de un rectángulo, para delimitar un margen entre el laberinto y la superficie donde nos pondremos (sino, las pintadas en mesas y suelos están servidos). Aquí tenéis un ejemplo:


Ahora solo tenemos que poner el bolígrafo en vertical en la linea de salida, sujetarlo por arriba con un dedo, e inclinarlo en la dirección que queremos que vaya, del siguiente modo:


Os quedará algo parecido a esto:


Ahora es el turno de los otros jugadores. Cuando nos vuelva a tocar, solo tenemos que colocar la punta del bolígrafo al final de nuestra línea y volver a deslizarlo.

El primero que llegue al final del circuito, gana.

Según la edad de los niños, podemos poner algunas normas extras, como tener que volver a empezar si nos salimos del camino, o no poder pisar las líneas de los otros jugadores o se pierde un turno... El resto lo dejo en manos de vuestra imaginación.


No dudéis en mandarme otros juegos que les gusten a vuestros niños a apagayvamonosdeaupair@gmail.com, son todos bienvenidos!

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Encontrar trabajo no es difícil

Quien diga que es imposible encontrar trabajo en estos tiempos en los que nos ha tocado vivir, es porque no tiene ni idea de cómo entrar en el mercado laboral de nuestro país. Algunos lo llaman enchufismo, pero hay mil maneras más de referirse a lo mismo: a dedo, haciendo favores, cumpliendo requisitos, ser hijo/primo/hermano/amigo de X...

¿Me seguís, verdad?

También he de añadir que en mi casa no somos familia numerosa, ni monoparental, ni tengo hijos a mi cargo, tampoco tengo personas dependientes que requieran mi cuidado, ni estoy embarazada, ni soy inmigrante, ni estoy casada, si que tengo la ESO, tengo el bachillerato, estoy cursando estudios superiores...

No os penséis que me estoy volviendo loca, sólo que para acceder a las ofertas de empleo público (sea cual sea) de mi comarca, toda la gente que no cumple las premisas anteriores va antes que yo en la lista de empleo. Para que os hagáis una idea: un chaval que con 16 años y cursando 2º de ESO dejó los estudios para trabajar en la obra hace 5 años, o la nini que a los 17 años, después de 4 años de no pisar el colegio, se quedó preñada de gemelos y hasta ayer vivía de las ayudas, a día de hoy le dan trabajo antes que a mi, que con su misma edad estaba estudiando bachillerato para hoy conseguir lo que les están dando a ellos: un trabajo.

Porque a parte del enchufismo, hay que tener en cuenta que en España lo normal es premiar y beneficiar a la gente que sigue la ley del mínimo esfuerzo y el pasotismo, mientras que se ponen palos a las ruedas a los que se esfuerzan y intentan vivir de algo más que de las ayudas y el paro.

Empiezo a estar muy cabreada y cansada.

Llevo desde que volví de Alemania buscando trabajo. Esta última frase seria el resumen de un largo año y medio de buscar trabajo, no encontrar trabajo, seguir buscando trabajo, encontrar trabajo esporádico, seguir buscando trabajo mientras te desvives cuando te llaman de urgencia para esas suplencias in extremis a las que si no puedes ir (sea porque tienes una cita medica después de 9 meses en lista de espera, o por un examen final de la universidad) ya no te llaman más, currando como una negra echando más horas que el sol mientras piensas que en un tiempo muy breve te quedas sin trabajo otra vez, empezar de cero a buscar trabajo y viendo que pasan los meses y sigues igual, y desesperándote en cada una de las etapas anteriores por la pésima situación en la que estás, sea cual sea.

Ah!, eso si, todo esto mientras estudio en la universidad, estudio idiomas, y hasta hace poco era voluntaria de varias entidades. Pero todo esto mejor no lo digo, porque al fin y al cabo, tampoco le importa a nadie, y a los que les importa es solo para descartarme de las ofertas de trabajo por estar sobrecualificada.

No obstante, es en días como hoy, cuando vuelvo de una formación particularmente dura de dos semanas, no remunerada y a una hora en metro de mi casa, para hacer un trabajo que aunque me guste y sea de lo mío, no deja de ser un trabajo de mierda, donde me voy a gastar más de la mitad del sueldo en el transporte, donde no tendré un horario fijo, donde una semana puedo trabajar 45 horas y pasarme las tres siguientes a la espera de que me llamen de nuevo, cuando me pregunto en que momento dejamos de tener una oportunidad toda la gente que no tenemos el beneficio del enchufe.