lunes, 6 de abril de 2015

De cuando traicioné el mundo au pair y me hice nanny

Un poco hasta el nabo de el panorama laboral de este maravilloso país en el que vivimos, cansada de trabajos donde no me tratan bien y la amenaza de despido es continua, constante y sistemática, me dediqué a buscar algo tranquilo en lo que trabajar estos próximos meses. Y así fue.

Soy nanny. Aquí, en Barcelona. En una familia británica. Soy nanny. De las que cobran bien. De las que tienen contrato y están aseguradas en la seguridad social. Y no cocinan. Ni limpian. Ni nada.

Trabajo 6 horas al día, aunque me paso 8 horas en la casa de la familia. Obviamente (o no tan obvio), me pagan las 8 horas, aunque dos no las trabaje, pero que por ser tan poco tiempo no me permiten hacer nada que no sea quedarme en esa casa, leyendo o haciendo lo que quiera. Cuido a un niño de casi 3 meses que duerme de media unas 4 horas de las 6 que trabajo.

¿Que cómo me siento? Pues algo parecido a esto...


Pero para que me perdonéis esta traición al gremio, os voy a contar como fue mi primer contacto con esta familia, de como viví las entrevistas y demás.

Todo fue muy rápido. Un martes hablé por primera vez con ellos y el jueves ya tenía cita con los padres para reunirnos en su casa el sábado.

Dicha casa está a 40 minutos en tren de dónde yo vivo, lo que en principio no es ningún problema salvo que sea sábado y la línea de tren que me lleva directa a su ciudad no pase por la mía los sábados, domingos y festivos. Sin que yo lo sepa y sin que los siempre amables y simpáticos trabajadores de RENFE pongan un horario actualizado visible en la estación para que el resto de mortales lo podamos ver y no estemos media hora esperando un tren que jamás pasará por ahí.

También hay que sumar que esa gente no vive en la ciudad, que va... Vive en una urbanización a 10 minutos en bus de ahí... arriba de una montaña.

Ya podéis intuir por donde fueron los tiros el primer día que fui a esa casa. No llegué tarde por milagro del destino y porque los astros se alinearon.

El caso es que yo soy una persona muy previsora y busqué la dirección en Google maps para chafardear donde tenía que ir. Fui incapaz de encontrar la puerta de la casa, ya que el San Google me mandaba derecha a un sólido muro de 3 metros de alto que se alejaba por ambos lados de la calle. Decidí, al final, ir sobre la marcha e improvisar.

Llegó el sábado y a las 9 y media de la mañana viví mi primer viajecito aterrador en bus por esas calles empinadas nivel Everest, que me llevó arriba de una montaña dejada de la mano de Dios. Sin lugar a dudas, Google no mentía y me encontré, sin quererlo ni beberlo, delante de ese sólido muro sin señal alguna de que una puerta existiera.

Me plantee seriamente la opción de que se hubieran equivocado al darme la dirección. Pero después de ir calle arriba y no encontrar nada más que el muro, fui calle abajo y ahí estaba, una enorme puerta maciza de hierro ornamentado con una preciosa cámara apuntándome directamente al careto. Le dí al timbre y esas enormes puertas se empezaron a abrir solas y casi me provocan un ataque al corazón. En ese mismo momento descubrí que mi querido muro eterno no era otra cosa que la pared que separaba el mundo de un precioso oasis.

La madre me vino a recibir, porque con semejante tamaño de jardín, oiga, nunca se sabe donde se puede perder uno.

Cuando vi la casa solo me vinieron ganas de echarme a llorar en un rincón, y eso que ese día no vi más que el recibidor y una sala, pero total, ¿que es una casa antigua de nueve (si, nueve) habitaciones y tres salones comparado con mi pisito de una ciudad de las cercanías de Barcelona?

Resultó que el padre no estaba ese día, pero hablé largo y tendido con la madre.
Primero me presentó al niño. No es que yo tenga mucha experiencia con niños tan pequeños, así que la cosa fue un poco, digamosle... incómoda.

Yo le miré con una cara de "¿Y tu como funcionas?" parecida a esta:


El me miró con una cara de espanto tal que así:


Después, miraculosamente, se rió y la madre me dijo "Le gustas!". No me digas. Me verá cara de tonta, imagino. Aún hoy me pregunto si el niño se ríe conmigo o de mí (sospecho que lo segundo).

Seguimos con una larga batería de preguntas, que con lo bueno que era su castellano y lo bueno que es mi inglés, bien podrían haber sido así:

¿Has cambiado pañales alguna vez?
Alguna vez... recuerdo una en concreto que me hizo meter a una niña alemana de 2 años de cabeza a la ducha por ir cagada de la nuca hasta los pies por una diarrea de lo más olorosa. No creo que tu niño de 2 meses supere eso (guiño guiño).
¿A que quieres dedicarte cuando termines la carrera?
Yo ejque voy a entregarme al señó, ¿sabe usté?
Nosotros no sabemos mucho como va el tema de las nannys en Barcelona, ¿como lo hacéis?
Fácil: yo vengo a tu casa X horas al día, trabajo, me voy a mi casa y a fin de mes tu me pagas abundantemente. Muy abundantemente. 
¿Cual es tu mejor cualidad?
Hago unas pedorretas envidiables.
¿Cuales son tus últimas experiencias laborales con niños?
La más reciente es en un colegio de curas con niños poseídos a los que no podía ni premiar ni castigar, la anterior en un campamento de verano donde los monitores no íbamos drogados pero solo dormíamos 4 horas diarias, lo que a efectos es lo mismo, y antes también he estado en otro colegio, este público, donde tanto los niños como las niñas tenían una grave obsesión con los penes y el sexo. Estoy inmejorablemente capacitada, como puede ver: mis últimos trabajos abalan mi cordura.

Finalizada esa pequeño interrogatorio, ella me pidió si podía venir el siguiente sábado, así también podría hablar con el padre de la criatura. Que ella no había podido esperar a que volviera su marido para hablar conmigo, me dijo, y que a ella le había gustado mucho. Vamos, que ella había echo la primera criba y que llego a no gustarle y me hace la del "ya te llamaremos".

Para terminar, negociamos precios y horarios (más bien ella me propuso un horario y un precio y yo morí de alegría y felicidad con los dos), aunque solo era una aproximación y el siguiente sábado podríamos ser todos más concretos.

Llegó el siguiente sábado y... no, esperad. Esto mejor os lo cuento en la siguiente entrada.


Continuará...


3 comentarios:

  1. Me encanta como escribes y que hayas encontrado un trabajo bien pagado. Aprovecha tu tiempo libre para seguir estudiando, formándote, eres una chica MUY inteligente que vale MUCHO.
    Isabelle

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  2. Traidora! Jajaja

    Me alegro que hayas encontrado un buen curro y que te paguen bien ;) Y mira tu que el niño este durmiendo casi todo el rato es un chollo ;)

    Besos guapa

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  3. Traición!

    Naah, se ve que va a ser toda una aventura! espero que sigas posteando tus vivencias en esa mansión y cuentes más sobre tu nuevo trabajo.

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