miércoles, 24 de junio de 2015

Recetario de la buena au pair: Boloñesa (la de verdad)

Cuando era au pair me faltaban recetas para cocinar. Esto es así. Aquí en España la gente come muy variado pero en otros lados, como no te cocines tu, comes puré de patata, patata al horno o cualquier variante de la patata día si día no como no te pongas tu manos a la obra. Por esa misma razón, voy a seguir con este apartado de "Recetario de la buena au pair" que abandoné hace tanto tiempo. Y empezaremos con una receta de boloñesa (pero de la de verdad).

En mi casa siempre se había cocinado boloñesa como en la mayoría de casa en este país: carne picada con salsa de tomate. Y arreando. Los exquisitos le ponían cebolla. Pero la menda es muy fan de la pasta y un día se le ocurrió buscar recetas de la boloñesa autentica, la que se cocina en Italia. Encontré entonces una receta que no se le parece en nada a lo que hacemos aquí (empezando por poner la pasta que toca, y no los espaguetis típicos), y hoy voy a compartir este conocimiento secreto con vosotros, con fotos y todo (echas con el móvil así que no son muy maravillosas).

Aquí tenéis el paso a paso:

BOLOÑESA 
(la de verdad)

Ingredientes:
(para 5 personas, más o menos, que esto es muy relativo)

250g de carne picada de ternera
250g de carne picada de cerdo
200g de zanahoria
200g de apio
150g de cebolla 
500g Tomate triturado
400g de Tallarines (de los gordos) al huevo 
Parmesano para rallar
Mantequilla
Aceite
Sal 
Orégano

Preparación:

Preparamos la cantidad indicada de zanahoria, cebolla y apio (el peso que hay en ingredientes se refiere a los gramos que ha de tener cada ingrediente una vez esta pelado y limpio).


Cortamos la zanahoria, el apio y la cebolla en dados muy pequeños (de 5mm).


Se pasan estos ingredientes por la sartén (yo uso un wok, por comodidad, ya que así puedo hacer toda la receta en el mismo sitio sin ensuciar mucho, y no se pega) con mantequilla y un chorrito de aceite hasta que se ablanden, unos 25 minutos.


Se marcan los 500g de carne picada (justo al punto en que ya no está roja, pero esta muy poco echa).



Una vez tenemos la carne marcada, añadimos los tacos de zanahoria, apio y cebolla que hemos pochado anteriormente, el tomate triturado y sal al gusto. Lo mezclamos todo.


Cuando esté todo mezclado con el tomate, añadimos agua a temperatura ambiente hasta cubrir toda la mezcla y dejamos que reduzca a fuego lento entre 1 y 2 horas y media (o el tiempo que veamos oportuno para que la salsa quede compacta a nuestro gusto). Removemos periódicamente para que no se pegue.


Una vez la salsa esta compacta, echamos un poco de orégano, removemos y lo dejamos a fuego lento 10 minutos más (que podemos aprovechar para hervir la pasta), y ya estará lista para servir.


Servimos la pasta, añadimos la salsa boloñesa y lo espolvoreamos todo con un poco de Parmesano recién rallado.



¡Que aproveche!

domingo, 7 de junio de 2015

Verdades muy incómodas sobre los comedores escolares

Me encanta trabajar con niños: llevo haciéndolo desde los 16 años y espero seguir en un futuro, tanto a corto como a largo plazo. Ahora mismo me centro en aspectos del tiempo libre: campamentos, "colonias" tanto de verano como escolares (se que en el resto de España a las colonias se los llama campamentos; en Catalunya, los campamentos son en tienda de campaña en el monte y las colonias son en una casa, complejo o espacio cerrado, y son también las "convivencias" del colegio), actividades extraescolares, casales de verano, y finalmente... en comedores escolares.

He de decir que AMO con todo mi corazón ser monitora en las colonias de verano (10-15 días). Este ultimo año he estado en las que organiza la Generalitat y han sido épicas. Así de simple. Casi las disfruto yo más que los niños.
En el lado contario, están los comedores. No es que no me guste estar con los niños durante la comida, es que no me gusta el funcionamiento, ni la metodología, ni el trato.

En los últimos dos años he estado haciendo suplencias en comedores escolares, y he estado fija en uno de ellos. Echando cuentas, he estado en 12 colegios distintos por periodos más largos de dos semanas: 4 públicos, 2 privados y 6 concertados (religiosos, vaya), y en otros tantos en periodos más cortos. Quien me diga que no se de lo que hablo es que necesita una buena dosis de realidad.

Por eso mismo, os voy a contar las cosas que normalmente no se saben de los comedores escolares, y que personalmente no me gustan.

La comida

Esto es lo primero y por supuesto lo más importante. ¿No están para esto los comedores escolares? Los monitores, al menos aquí en Catalunya, en casi todas las empresas, comemos la misma comida que a los niños antes o después de trabajar, con lo que por suerte o por desgracia, sabemos qué es lo que se come en estos sitios.

Padres, en este aspecto podéis estar tranquilos: digan lo que digan vuestros hijos, la comida de los comedores normalmente y en su mayoría esta BUENA. Tanto en variedad como en sabor. Eso si, hay varios fallos...

Las comidas con huevo

Imagino que sabéis que esta prohibido el uso de huevo natural, y para cocinar se usan una especie de batidos extraños que imitan el huevo. Eso, cocinado, queda como una mousse seca con patatas/verduras o lo que sea que lleve la supuesta tortilla. Además, en la mayoría de colegios eso no lo pueden cocinar al momento y lo recalientan, con lo que si ya en un principio la textura es HORRIBLE, al estar calentada pasa de ser malo a incomestible.

El segundo plato

Los niños pequeños o los niños que comen lento, el segundo plato se lo comen frío casi siempre. Tanto si comen en bandejas como si comen en platos, el segundo plato se sirve con el primero:

- Si comen en bandejas, a los niños se les sirve la comida recién sacada de unas bases que la mantienen caliente, pero se sirve a la vez el primer plato y el segundo. Depende lo que tarden en comer ese primer plato, el segundo ya está frío.

- Si comen en platos, el segundo plato se sirve cuando se están comiendo el primero, y se ha retirado de las bases calientes varios minutos antes, así que cuando les llega, si han tardado en comerse el primero, también está frío.

Por lo tanto, si el segundo plato es carne, eso tiene muchas posibilidades de parecerse a una suela de zapato. De todos modos, aunque la textura siga siendo buena, la mayoría de platos, comidos en frío, no valen nada, tanto en un comedor como en casa. ¿O tu te comerías un arroz a la cubana después de estar 40 minutos en la mesa sin meterlo al microondas?

El postre

Este suele ser siempre fruta o yogur. Yogur una vez a la semana, fruta los otros 4. A priori esto no está mal pero... En invierno, la fruta simplemente no es buena. O es de cámara, o es repetitiva. Comer 3 manzanas a la semana cansa. Comer naranja si no te gusta, cansa. Y comer melón en diciembre... pues es como comer corcho.

La ley de los 2/3 del plato

Digan lo que digan en el colegio de respetar los ritmos de los niños, de no forzarlos a comer... La normativa para el monitor en muchos colegios es que el plato no se retira si no ha comido 2/3 de la comida. Que cada uno saque sus conclusiones, pero a pesar de lo dicho, muchas veces terminamos "obligando" a comer a los niños. De buenas formas, pero obligandolos. Y si ni por estas quiere comer, el niño tiene dos opciones: o comerse la comida... o pasarse las 2 horas y media del tiempo de comer sentado en su silla mirando el plato.

Muchas veces, como monitor no te queda otra opción que hacerte el sueco cuando ves a un niño guardarse comida en los bolsillos o salir en modo hamster del comedor, sabiendo que o es eso o tenerlo sentado rumiando un trozo de carne hasta las 3.

Las leyes que me parecen, simplemente, crueles.

Estas son las que intentas por todos los modos no hacer, pero la norma es la norma y no siempre se puede evitar. Personalmente, no me gustan nada de nada. Que no se han a malas ni gritando, sino con cariño y hablándoles bien, pero no son normas amables. Las peores que he visto yo son estas:

Niños pequeños que se duermen encima del plato (a propósito porque no les gusta la comida, o porque realmente están muy cansados).

En esta situación, la mayoría de veces se le habla al niño para que se despierte y cuando esta sereno, se le quita la silla al niño para que siga comiendo sin dormirse, comiendo de pie hasta que esté despejado de nuevo.

No dar agua a los niños

En muchos colegios hay la normativa de que no se puede servir agua hasta el segundo plato, supuestamente, para que no se hinchen de agua en vez de comer. En otros colegios, cuando tocan platos líquidos, no se sirve agua hasta que no se los terminan. En otros, no se sirve agua una vez están comiendo postre... En cualquier caso, son pocos los colegios donde el agua este presente toda la comida de principio a fin.

Usar el pan como embudo

En algunos sitios, con los niños más pequeños, se utiliza el pan para hacerles comer la comida que no les gusta, de modo que usando el pan a modo de cuchara todo termine en la boca.

No poder ir al baño mientras se come

Imaginad comer sopa mientras os estáis meando. ¿Hace falta añadir algo más? Muchas empresas ponen esta norma para que los niños no vayan al baño a tirar comida (cosa que ya es indicativo de lo mucho que confían en el sabor de algunos platos que sirven). Normalmente esta norma va de la mano con la del agua: si no beben, no se mean.


En resumen... que ni todo es malo ni todo es bueno, os digan lo que os digan en el colegio. Que ni las empresas que te venden la super comida ecológica son mejores, ni las que te venden metodologías innovadoras las cumplen y hacen la comida más agradable. Para la mayoría de niños, esos que comen más o menos bien y que tienen pocas manías, el comedor es un sitio agradable. Después están los que no comen bien, o que les gustan muy pocas cosas, o los que sus padres los llevan a comer al colegio porque en casa "no comen" (os sorprenderíais de la cantidad de gente que hace esto). Estos, muy a mi pesar, tengo que decir que el comedor escolar no siempre representa una buena experiencia.